OCEANS OF SLUMBER – Oceans of Slumber (Album Review)

¿Qué tiene que tener un artista para que sea clasificado dentro del género progresivo? Hace poco tuve un debate con otra persona al respecto, y la respuesta a esta pregunta puede llegar a ser tan compleja como la misma ejecución de la música que estas bandas ejecutan. Sabemos que si hilamos fino podemos encontrar infinidad de sub-géneros y denominaciones para casi que cualquier banda, disco o incluso épocas en la historia de la música, por lo que a veces es mejor dejar esta pregunta sin respuesta y seguir nuestro corazón en búsqueda de algo que nos llene el alma.

En el caso de los oriundos de Houston, Texas, Oceans of Slumber, estas características sonoras pueden ser suficientes para catalogarlos dentro del género que nos compete, pero la respuesta no es tan sencilla como eso, y analizando su última placa autotitulada intentaremos también responder esta pregunta que hace rascar las cabezas de tanta gente últimamente. Surgidos en 2011, la banda tuvo un discreto debut lanzado de manera independiente (Aetherial, 2013), pero no fue hasta el año siguiente que empezaron a ganar notoriedad, cuando la desconocida vocalista Cammie Gilbert se une a las filas, y todo empieza a rodar de otra forma. Con Cammie al frente como principal compositora de la banda, se lanzan los siguientes discos de la banda: ‘Winter’ (2016) que logró un efecto importante gracias a su fichaje con Century Media y posteriores giras junto a bandas de peso como Ne Obliviscaris o Enslaved; y el disco que finalmente les dio la merecida notoriedad y los puso en boca de todos los medios: ‘The Banished Heart’ (2018), un disco que se volvió en su momento un favorito personal por su propuesta bastante única y cautivadora, como estar bajo el hechizo de una sacerdotiza oscura y no querer despertar nunca.

The Banished Heart’ logró que la banda adquiera un status que pasó de ser de culto a estar en las primeras planas y tener los oídos atentos de fans y prensa por igual, a la espera de un cuarto lanzamiento que rompa todos los esquemas y los haga dar ese salto al estrellato que tanto se merecían. Eso finalmente se está cumpliendo con ‘Oceans of Slumber’, su autotitulado nuevo trabajo que llegó para afirmar la potencia en que se ha convertido una banda tan única como esencial en estos tiempos. Ponerle el título de la banda a un álbum es un milestone importante para el artista y una decisión que no se toma a la ligera (ya explicamos los posibles “porqué” detrás de este concepto en nuestro review de Lamb of God), y con una trayectoria respetable pero relativamente breve, Oceans of Slumber sintió que este era el momento para bautizar su flamante placa con su propio nombre, y revelar la esencia detrás de sus composiciones hipnotizantes.

Estamos ante un álbum sumamente ambicioso pero a la vez muy personal, uno que nos hace enfrentar a nuestros propios demonios y desgarrar nuestro corazón desterrado una vez más mientras gozamos del ritual del que nos hace partícipe. No siento que este disco se valga de una reseña track-by-track: si bien las canciones están bien diferenciadas y se vuelven entidades independientes en sí mismas, creo que es un disco que debe digerirse en su totalidad y con toda tu atención; no basta con escuchas esporádicas de temas sueltos, necesitas experimentar un viaje al infierno y de regreso, transitar esos océanos adormecidos y salir de ese viaje transformado y extasiado de haber presenciado una historia importante de nuestra música moderna.

Encontramos en este disco muchos elementos por los que esta banda se califica como algo único, encontramos la cadencia y densidad del doom metal, las proezas técnicas e influencias extremas del death metal que supo usar Opeth en su momento (escuchen ‘The Adorness Fathomless Creation’ y díganme si no se retrotraen a la época ‘Blackwater Park’ y ‘Deliverance’), la melancolía y desolación con toques de romanticismo que puede encontrarse en obras de gothic metal, y sí, los compases disímiles y cambios de ritmo descolocantes que pueden encontrarse dentro del progresivo. Pero todo esto es mucho más que la suma de sus partes, es un álbum que logra la inmensa tarea de cautivarte de primera, pero que además con sucesivas escuchadas empiezas a descubrir su verdadero potencial y te das cuenta que escondía mucho más de lo que aparentaba.

Y acá vamos a la verdadera estrella de todo este asunto: Cammie Gilbert. Su voz tan única y llena de sentimiento, profundamente arraigada en estilos como el soul y el blues, logran que estas composiciones adquieran un carácter único y despegado de cualquier otro estilo y propuesta. Es algo por lo que necesitamos transitar para sentirnos parte de una pieza histórica y ser contemporáneos de unos artesanos musicales que lograron que su creación pueda dar un par de vueltas en este proceso casi imposible que es reinventar la rueda. Y el rol de Cammie en este proceso es fundamental, pudiendo llevarte a los cielos o al más profundo infierno, con guturales y voces podridas incluidas. Sin dudas una artista que en este 2020 está convirtiéndose en una revelación (no por nada el mismísimo Arjen Lucassen la convocó para un rol protagónico en el próximo disco de Ayreon, “Transitus”. Busquen su review próximamente aquí).

Es un disco inmensamente rico y diverso, su duración excede los 70 minutos, algo totalmente atípico en esta época de inmediatez y descartes fáciles. Para digerirlo como es debido debes sentarte, abrir tus sentidos y viajar a este mundo tan particular y oscuro. Me resulta difícil e injusto evaluar esta obra como una sucesión de canciones, es mucho más que eso, pero lo que puedo decir es que logró sensaciones únicas en mi y lo puedo ubicar tranquilamente entre los lanzamientos más destacados de este año junto con ‘Obsidian’ de Paradise Lost,‘Eleventh Hour’ de Novena y ‘Spirituality and Distortion’ de Igorrr.

Lectores, si esperaban una reseña exhaustiva analizando cada canción, lo siento, de esas van a encontrar miles. Quería expresar con este review el sentimiento tan genuino que me transmitió escuchar esta obra y desgranarla en su totalidad, como una película sin imágenes que pueda transportarnos y hacernos parte de su propio universo. Y eso es el progresivo. Es salirse de las normas, descolocar y seguir una línea artística que no se rija por ningún estándar. Lo apliqué para este review, una reseña que se torna progresiva de por si (¿progception?). Sí, el prog también es las mil notas por minuto, el virtuosismo y las composiciones eternas, pero eso es solo una pequeña parte del todo, un todo que cada vez es más inmenso y engloba infinidad de propuestas, y Oceans of Slumber con su flamante disco homónimo, lograron entender la esencia progresiva sin siquiera buscarlo. Si eso no es progresivo, ¿qué si lo es?

Sello: Century Media Records
Fecha: Setiembre 04, 2020
Género: Progressive Metal, Doom Metal

Músicos:

  • Dobber Beverly – drums, piano
  • Cammie Gilbert – lead vocals
  • Mat V. Aleman – keyboards
  • Semir Ozerkan – bass, backing vocals
  • Jessie Santos – guitars
  • Alexander Lucian – guitars, backing vocals
Oceans of Slumber - Oceans of Slumber
  • 9.2/10
    Producción - 9.2/10
  • 9/10
    Composición - 9/10
  • 9.1/10
    Replay Value - 9.1/10
  • 9.1/10
    Valoración Personal - 9.1/10
9.1/10

El autotitulado cuarto álbum de Oceans of Slumber es un disco inmensamente rico y diverso, su duración excede los 70 minutos, algo totalmente atípico en esta época de inmediatez y descartes fáciles. Para digerirlo como es debido debes sentarte, abrir tus sentidos y viajar a este mundo tan particular y oscuro. Me resulta difícil e injusto evaluar esta obra como una sucesión de canciones, es mucho más que eso, pero lo que puedo decir es que logró sensaciones únicas en mi y lo puedo ubicar tranquilamente entre los lanzamientos más destacados de este año. La espectacular voz de Cammie Gilbert tan única y llena de sentimiento, profundamente arraigada en estilos como el soul y el blues, logran que estas composiciones adquieran un carácter único y despegado de cualquier otro estilo y propuesta.

Alejandro Melgar

Absoluto entusiasta del Metal en casi todas sus variantes y sub-géneros. Melómano, coleccionista de discos y experto en armar documentos, listas y rankings. La estructura me garantiza paz y organización. Amo las series, películas y estoy muy arraigado en la cultura pop, además de disfrutar la naturaleza y el aire libre. Y a pesar de todo esto, soy muy sensible.