KAMELOT – The Awakening 🇺🇸 (Album Review)

  • 🎸 Symphonic Power Metal
  • 💿 Napalm Records
  • 🌎 USA
  • 📆 17 de Marzo, 2023

Por Michael Prado


Hoy día el mayor dolor de cabeza de quienes hacen Power Metal es el hecho de tener que lidiar con un estigma que, conforme pasan los años y van saliendo cada vez más álbumes, se vuelve más y más evidente en este subgénero, y es el hecho de que se ha llegado a un momento donde es una verdadera proeza (o quizás un imposible) lograr innovar, hacer algo distinto al resto.

Pues bueno, ante esta disyuntiva, los músicos tienen las siguientes posibilidades:

  • No hacer nada y dejar la música, pues no son capaces de hacer algo que no sea Power Metal
  • Cambiar radicalmente el rumbo de su arte, abandonando el Power Metal de paso (muy pocos lo hacen)
  • Darle un giro de tuerca a su propuesta original (muchas veces significando eso el ablandar su sonido, en una forma de autoengañarse a sí mismos de que están haciendo “algo mejor y distinto”)
  • Seguir en la senda que venían, haciendo oídos sordos a lo que diga la gente, pues vamos, “lo que no está roto no hace falta arreglarlo”, ¿no creen?

En el caso de la histórica y muy querida agrupación estadounidense Kamelot, parece ser que han optado por la cuarta opción a mano de estas que hemos mencionado, pues sí, el grupo liderado por el guitarrista Thomas Youngblood, ha decidido no hacer muchos reajustes en su maquinaria, con la salvedad de rescatar buenos momentos de sus eras más doradas, algo que se echaba de menos en su propuesta musical.

Es que vamos, creo que para nadie es un secreto que el grupo había caído en una zona de confort muy plácida en cuanto a composición musical se refiere, a partir del álbum “Poetry For The Poisoned” (2010), el último que grabaron con su más referenciado cantante, el noruego Roy Khan.  Tras su salida, llega el sueco Tommy Karevik (cuya voz también nos deleita en Seventh Wonder, Firecracker y cada navidad en Raskasta Joulua), quien adopta un estilo de canto que no se distancia mucho de su antecesor, y la banda empieza a lanzar discos que, si bien no son malos, ya no se siente ese espíritu tan distintivo que nos brindaron en esa era tan genial que abarcó desde “The Fourth Legacy” (1999) hasta “The Ghost Opera” (2007).

Advertidos de esto, y lo que opinaban sus fans al respecto, Youngblood y Karevik, en conjunto con el teclista Oliver Palotai (quien tuvo también paso por Sons of Seasons, Circle II Circle, Epica y los grupos de Blaze Bayley y Doro Pesch), el bajista Sean Tibbetts (cofundador del grupo que regresó en el 2009, y que también es parte de The Evil Amidst) y el batero Alex Landenburg (de amplia experiencia en una vasta cantidad de grupos), decidieron apelar a la nostalgia y al pasado en este nuevo disco, al cual han dado nombre de “THE AWAKENING”, que la verdad, hay que decirlo, es como si la banda realmente despertara de un letargo en el que cayó hace 13 años, y se decidiera de nuevo a hacer esa música que deleitó a sus fans durante esa gran era dorada que recordamos con tanta nostalgia cuando nos referimos a ellos.

Un interesante “Overture – Intro” nos abre las puertas a este álbum número 13 en la discografía de esta banda asentada en Tampa, Florida, tras lo cual la maquinaria del grupo retoma sus derroteros más apelantes a la velocidad y poderío en su música con el tremendo número inicial que resulta ser “The Great Divide”, el cual sin dudas nos trae a la memoria todos los gratos momentos que nos hicieron vivir en esa era donde Roy era el cantante, y bueno, por fortuna de quienes somos adeptos a Kamelot, Tommy sigue apostando a cantar similar al noruego, algo que le ha valido elogios y críticas por parejo (aunque a veces parece que las críticas son las más notorias por apostar a algo así, máxime cuando hemos disfrutado lo que es capaz de brindarnos en Seventh Wonder).

Tras ese intenso inicio, vamos a una pieza que apela más a la epicidad y las atmósferas envolventes creadas por los teclados del señor Palotai (sin que eso signifique que la intensidad en los tambores por parte de Alex deba reducirse).  “Eventide” resume en su poquito más de 4 minutos que dura lo que podríamos describir como un auténtico manifiesto de que el Kamelot de antaño quiere resurgir en este nuevo disco, con hermosas melodías vocales que son el sello de impronta más particular de este grupo desde hace más de 2 décadas, cuando Mark Vanderbilt decidió abandonar el grupo para dar paso a Khan, quien impuso su estilo para siempre en Kamelot.

Si hablamos de estribillos hermosos y que pondrán de pie a coliseos que estarán fervientes por ver en acción a estos tremendos músicos, no cabe duda de que aparecerá alzando la mano con mucha propiedad la imponente “One More Flag In The Ground”Dios, que cómo hacen falta en el mundo canciones que nos hagan sentir un fluir de sangre guerrera en nuestras venas como lo logra este himno tan épico que han logrado labrar como primer sencillo del álbum, y que de una nos abrió una enorme expectativa sobre lo que sería este redondo a partir del 12 de enero de este año, que fue cuando conocimos esta hermosa pieza.

Con “One More Flag In The Ground” tuvimos el momento para una epicidad guerrera, y al lanzar como segundo single “Opus Of The Night (Ghost Requiem)” el 14 de febrero, tuvimos la grata alegría de que Kamelot volvía a los terrenos más veloces en materia musical, algo que se le echó de menos en los últimos años, y que, para regocijo de sus fans, volvía a ser materia prima para brindarnos experiencias musicales fascinantes.  En esta pieza el grupo recibe la valiosa colaboración de Tina Guo en el violoncello.

La misma Tina engalana con su gran instrumento de arco y 4 cuerdas la preciosa balada “Midsummer’s Eve”, escrita en Re Sostenido Menor (¡Dios, que amo las escalas de notas negras y su melodía tan evocadora!) y que nos narra una historia melancólica de una princesa que anhela en una espera casi interminable por la llegada del amor a su vida.  Puedo decir, sin temor a equivocarme, que ésta es una de las baladas más hermosas que han escrito en su historia.

Tras vivir la magia de esa hermosa balada, hay que retomar el sentir más energético y épico, mismo que nos llama a disfrutar de la potencia más Heavy que nos brinda el grupo a lo largo de “Bloodmoon”, que podríamos decir es una de las piezas más cercanas a lo que ha sido Kamelot a partir de “Silverthorn” (2012), disco que sirvió como punto de partida para la carrera de Tommy en esta agrupación.  Quizás por este detalle no sea muy bienvenida por algunos fans, más allá de que su estribillo es elegante y muy cantable.

Para “NightSky” tenemos el ingreso al inicio de ciertos sonidos modernosos (algo que se ha vuelto tendencia en los últimos años dentro del Power Metal), pero que quedan atrás tras entrar con gran fuerza los instrumentos para otra pieza que sigue apelando a lo más tradicional de Kamelot, que en esta pieza logran entrelazar en buena forma con el legado de los últimos 4 discos, logrando un resultado interesante y de mucho disfrute, donde el estribillo será también algo que no pasará desapercibido, aparte del cortito pero distintivo solo de guitarra.

El inicio de “The Looking Glass” me hacía presagiar que la pieza tendría algo de elementos propios del oscuro “Poetry For The Poisoned” (2010), pero todo eso se disipó al escuchar esas melodías de teclado tan llenas de vida que Oliver Palotai construyó para la pieza, misma que rebosa en toda la extensión de la palabra de mucha elegancia en cada uno de sus elementos, logrando otra brillante interpretación artística por parte de estos chicos, que siguen apelando a que Alex Landenburg no le dé tregua a su instrumento (sobre todo a ese doble bombo, que tanto necesitábamos que retumbara como se debe en Kamelot).  Aparte, el duelo guitarra-teclados en esta pieza es bien bueno y entretenido.

Kamelot desde hace buen tiempo acostumbra tener cantantes invitadas a sus discos, y para esta oportunidad, Melissa Bony y Simone Simons (quien ya ha contribuido en el pasado en varias canciones) son las invitadas de lujo, cuyos talentos enriquecen la pomposa, grandilocuente y brillantísima “New Babylon”, que podríamos decir es mi gran favorita del grupo, debido a apelar a ese sentir más sinfónico en su intención artística, donde inclusive en el estribillo disfrutamos de un imponente aporte de coros épicos.  Sin lugar a dudas, la pieza más distintiva dentro del álbum.

Llega el momento para una balada más, en tono todavía más melancólico que “Midsummer’s Eve”, con lo que es “Willow”, en donde el resplandor de los instrumentos de cuerda y el piano se entrelazarán en una cita a la que la letra de la canción nos llama a recordar un ayer que, como suele suceder en la psique humana, “fue mejor que el presente”, pero que se encargó de formar a lo que somos hoy día.

Kamelot siempre ha sido reconocido también por tener un lado progresivo en su música, mismo que se hace evidente en gran forma en el crescendo artístico que resulta ser la tremenda “My Pantheon (Forevermore)”, que nos hace vivir una marejada de distintos ritmos, entonaciones musicales y sentimientos a lo largo de los 4 minutos y medio que dura.  Si en una pieza estos chicos quisieron introducir gran cantidad de elementos muy distintos (¡hasta cantos guturales metieron!) y lograr un resultado efectivo, lo consiguieron acá y de gran forma.

El disco se despide de nosotros con una instrumental de 3 minutos llamada “Ephemera – Outro”, que nos vuelve a dejar con el hambre de más música por parte de estos músicos, que se demoraron 5 años en esta oportunidad para volver, pero que de manera muy evidente lograron aprovechar de la mejor forma para traer un producto final que se distancia en buena y muy grata medida de la cuasi automatización que habían estado teniendo en cuanto a crear nuevas canciones, y eso creo que es algo digno de reconocerse.  ¿Que el disco se parece a sus mejores años?  Es cierto, pero entonces, ¿no era eso lo que esos mismos quejumbrosos querían?  De veras que en esto de la música es casi imposible satisfacer el gusto de todos, casi como es de imposible lograr “algo original” en el Power Metal.

Por cierto, nuestro webmaster Alejandro Melgar ha compartido esta review espontánea sobre el álbum, la cual complementa lo que hemos compartido acá:

KAMELOT - The Awakening

¿Que los fans de Kamelot querían una vuelta al sonido más clásico del grupo? Pues ahí tienen este disco con el que los dirigidos por Thomas Youngblood vuelven tras 5 años de ausencia de nuevo material discográfico, en una de sus mejores performances que se distancia de lo conocido en sus discos desde la llegada de Tommy Karevik.
9

Producción

9.0/10

Composición

8.7/10

Replay Value

9.0/10

Valoración Personal

9.3/10

Pros

  • El disco suena como los de la era dorada de Kamelot
  • La producción es impecable
  • Hay mucha variedad en las propuestas de canciones

Cons

  • Sigo echando de menos una canción larga
  • Tommy podría apostar a ser más versátil con su voz y no encasillarse a ser un Roy Khan 2.0

Summary

 

 

 

Michael Prado

De Costa Rica para el mundo. Fan de la música DE VERDAD, hecha con sentimiento y verdadero amor al arte, sin importar el género, aunque debo admitir que doy amplia preferencia a lo que ha sido creado en Metal, Rock, música Celta, Clásica, soundtracks de Videojuegos, Electrónica y demás. Un abrazo y bendiciones para tod@s.