FOLKRIM – On Foaming Waves 🇫🇮 (Album Review)

Por Michael Prado

Hay un subgénero del Metal del cual yo desearía que cada vez existieran más y más bandas, dado que su propuesta musical, tan distinta del resto de subgéneros, especialmente por el uso de instrumentos no habituales en el Metal, me resulta tan atrayente.  Sí, me refiero al alegre, épico y fiestero Folk Metal, ése que apela mucho a melodías y acordes que nos recordarán obras tradicionales del ayer, y donde es moneda común que haya instrumentistas de violín y flauta (o al menos uno de los 2).

Claro está que, como dice un viejo y conocido refrán, “No todo lo que brilla es oro”, y también “De todo hay en la viña del Señor” (qué dicha que no soy Sancho Panza, sino Don Quijote ya me habría regañado por tanto refrán, jejeje).  ¿A qué viene esto?  Bueno, en los recientes días llegó a mi conocimiento que una agrupación de Folk Metal llamada Folkrim, que son procedentes de Rauma, Finlandia, tenían preparado su segundo larga duración, apenas un año después de su debut “Tales Of Tumult” (2021).

A este grupo (que, por cierto, desde ya adelanto que trae una propuesta musical y lírica SOSPECHOSAMENTE SIMILAR a la de los veteranos Korpiklaani) lo integran el vocalista Erno Helander (quien también presta su voz a las agrupaciones Verikaski y Crusudurs), los guitarristas Iiro Sarman y Otto “Marvas” Hyvärinen (encargado de las guitarras acústicas y quien también es parte de Hildenhauta), el bajista Viktor Suominen y el batero Eetu “Rostiof” Ritakorpi (compañero de “Marvas” en Hildenhauta).

Si debo definir a este disco en una frase sencilla, pues la sacaré de mi reseña del álbum de Sede Vacante, “Conium” (2022).  “ESO YA SE HA VISTO”.

No quiero pecar de alguien que busque caer mal ni mucho menos (de hecho, suelo ser alguien muy tolerante con este tipo de situaciones), pero es que, ¡válgame Dios!  Lo que estos chicos nos presentan en su segundo LP (y bueno, también en el primero) es algo que ya hemos visto hasta la saciedad en Korpiklaani (y que, de hecho, estos chicos, liderados por el gran multiinstrumentista Jonne Järvelä, ya han sido blanco de críticas muy seguido por ser una banda que, a criterio de muchos, se ha quedado “estancada” en su propuesta).

Aparte, el disco cuenta con la friolera de CATORCE CANCIONES (bueno, trece si no contamos el corto interludio “Brace Yourselves”, que no llega al minuto de duración), donde sí, hay de todo para todos, en interpretaciones que oscilan entre algunas muy divertidas y otras donde parece que le pusieron cloroformo a los músicos, e inclusive, el final de la última canción del álbum, “A Falling Tide”, donde el cantante Erno Helander parece ejecutar su labor artística después de una buena ronda etílica (sí, quizás está muy bien actuado, pero no sé, me termina siendo algo discordante encontrarme un número final así para un disco que prometía más).

Ojo, no tengo queja de la interpretación musical de este quinteto, puesto que los músicos demuestran ser bastante competentes en su labor (sobre todo “Rostiof”, quien nos regala inclusive momentos de blast beats que, aún cuando la música de estos fineses es muy melódica, no resulta contrastante para mal).

En fin, concluyo diciendo que, al igual que el caso ya mencionado de Sede Vacante, este disco no es un descartable ni mucho menos (sería injusto demeritar así la labor honesta de artistas que con toda seguridad han puesto alma y corazón en traer este álbum, que verá la luz de los aparadores el próximo 21 de octubre).  Simplemente me resulta otro que no aporta algo realmente innovador o que me motive a volverlo a poner tras haberlo escuchado varias veces con el fin de escribirle su respectiva reseña.  Ojalá la próxima vez que nos veamos escuchando nuevo material de esta agrupación, pues tengamos una reacción más positiva, y tengo fe de que así será, pues hay calidad acá, la cual espero sea mejor aprovechada en esa siguiente oportunidad.

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