DIETH – To Hell And Back (Album Review)

Por Santino G. Barbas

Al igual que el Ave Fénix, cual se regenera desde las cenizas de su predecesor, Dieth está conformado por una icónica alineación que proviene de un pasado que vio quemar a sus integrantes dejándolos al borde del abismo profesional, para luego dar vida a una nueva era, tanto en lo musical como en lo personal; integrada por el bajista David Ellefson (ex-Megadeth), el guitarrista/vocalista Guilherme Miranda (ex-Entombed A.D.) y el baterista Michał Łysejko (ex-Decapitated), esta nueva súper banda prendió fuego a la esfera metálica cuando lanzaron su sencillo debut y ahora pista del flamante nuevo álbum de larga duración, ‘In The Hall of the Hanging Serpents’, a mediados de 2022. Recibida con elogios tanto de los fanáticos como de la crítica especializada, la pista sorpresa marcó el emocionante resurgimiento de estos tres renombrados músicos, uniéndose como una nueva fuerza musical después de cierto lapso de silencio.

El año 2023 marca el fin de la espera: Dieth llega a todas las plataformas musicales con el lanzamiento de su placa debut este 2 de junio, a través de Napalm Records, titulado “To Hell And Back”. Producido por la misma banda, con mezcla y masterización a cargo de Tomasz Zed Zalewski en los estudios Zed Studios en Chechło, Polonia, el álbum representa nuevos comienzos; musicalmente, líricamente y para los propios miembros de la banda.

Tejiendo un siniestro hilo de implacable Death Metal con las voces guturales que identifican al género, cambios de ritmos Thrash Metal intensos y rápidos, e incluso con la primera interpretación vocal de David Ellefson en una pista, Dieth ha ido más allá de los estereotipos de los géneros anteriores a los cuales los miembros supieron pertenecer previamente, para crear un inesperado pero carismático lanzamiento y una dinámica nueva huella sonora para la contemporaneidad del Heavy Metal.

El álbum da comienzo con una fascinante pero melódica introducción de arpegios limpios y acústicos, la primera pista ‘To Hell And Back’ rápidamente golpea con un ataque de Death Metal castigador, dirigido por la dirección de las voces guturales. El poder palpable del tenaz trío se hace inmediatamente evidente, con ataques de percusión ajustados y diversos, bajos profundos y rítmicos, riffs ágiles y técnicos, solos intensos y gritos de batalla líricos apasionados, lo que demuestra que esto es una ofrenda extrema de magnitud ineludible.

El siguiente es ‘Don’t Get Mad… Get Even!’, y nos muestra una caracterización implacable del lado más Thrash Metal de Dieth, dando rienda suelta a los cánticos tribales en su comienzo (que recuerdan sensorialmente al Sepultura más noventero). Prontamente, nos adentran a una batería de solos que son ejecutados tan técnica como atinadamente. Todo esto acompasando una lírica que nos aconseja no enfurecer o enloquecer a la hora de enfrentarnos a una situación que nos interpela, mas si volvernos mejores versiones de nosotros mismos; ¡la mejor venganza!

En ‘Wicked Disdain’ volvemos al Death clásico, duro y parejo. Logra conseguir ritmos vertiginosos respaldados por paredes aplastantes de agresión y solos diabólicos que retrotraen a la variante del género en su faceta de mayor violencia. Siempre acompañado de una sección rítmica de bajo bien ajustada a la calibración que el ritmo principal conlleva, y una ejecución de batería ajustada como un reloj, con juegos de tambores extremos pero sobrios a la vez.

La destacada ‘Free Us All’ coquetea con el ritmo promedio del disco, mezclando sinuosos pasajes de agresión con interludios de bajo con producción psicodélica. La labor de Ellefson se destaca con creces (como debiera haber sido en los últimos lanzamientos de Megadeth con David aún a bordo). Una leve melodía en las guitarras de Miranda nos conduce hasta los últimos pasajes de la canción, para devolvernos (rápidamente) a la agresión del comienzo, acompañada por los coros del propio ex integrante de Megadeth. Interesante giro de rosca para el álbum.

Seguimos con ‘Heavy Is The Crown’, un “grinder” de medio tempo, con inclinaciones al Stoner y al Groove Metal, con un coro oscilante y fills de guitarra infundidos de blues. Las guitarras rítmicas emanan un aire a labores típicas de la mano derecha de Dave Mustaine, mientras que el solo tiene ciertas reminiscencias a lo dignamente esperable por el líder de Exodus; el inigualable Gary Holt.

Pensativa y emotiva es la poderosa balada ‘Walk With Me Forever’, cual muestra la primera interpretación vocal principal de David Ellefson en su carrera, cantando sobre la intensa pérdida de un ser querido y su memoria, brindando la fuerzas para seguir adelante. Estas piezas parecen ser cada vez más asequibles dentro del espectro del Metal, y parecen dar razones para comprender que pueden ser compuestas, de igual manera, por casi cualquier artista del género por su perfil compositivo un tanto genérico. Con un estribillo lento y escalofriante, Ellefson nos adentra en un circuito emocional que pone el pie en el freno a lo que esta obra viene significando.

Volvemos al puro Thrash Metal con ‘Dead Inside’, y un comienzo que parece retrotraernos al clásico de “Peace Sells… But Who’s Buying?” ‘Devil Islands’, para inmediatamente lanzarnos un riff tan digno de Exodus que haría sonrojar al propio Holt. Los solos, acompañados de una base rítmica igualmente thrashera, dejará a los amantes del género en cuestión con apetito por más.

Un himno destacado del Death Metal parece ser ‘The Mark of Cain’ y su perfil orientado al sonido clásico de los brasileros Sepultura. Los inquietantes riffs “rompe-cuellos” y las baterías plagadas de cortes técnicos ejecutados magistralmente con adecuada sazón por Łysejko, dan a las voces guturales de Miranda un trasfondo ideal para registrar una pieza completa, pero a su vez compacta y directa.

Llegamos al primer corte de difusión del álbum y (probablemente) la mejor pista del disco: ‘In the Hall of the Hanging Serpents’. La canción es a partes iguales de Thrash y Death Metal, con ganchos continuos, cambios de ritmos constantes y solos agresivos y sólidos, dando una agresiva muestra de Dieth, tanto en lo musical como en los gruñidos graves de Miranda. Las tres partes de la agrupación parecen dar su mejor versión en esta pista, denotando un afinado equilibrio en la instrumentación de la misma.

Se cierra la placa discográfica dando entrada a la instrumental ‘Severance’. Con un comienzo a simples golpes de batería que le son seguidos por los mismos arpegios nítidos que apreciamos en la apertura del álbum; generando un efecto cíclico en los 2:26 minutos que dura el outro que, en mi opinión, es un tanto innecesario pero tampoco resta al potencial que tiene este debut.

Miembros de la banda:

• David Ellefson – Bajo y voces 
• Guilherme Miranda – Voz y guitarra
• Michał Łysejko – Batería