Review Clásico: ANATHEMA – Judgement (1999)

Por Alejandro Melgar

Para fines del siglo pasado había mucho movimiento en el cuartel general de Anathema. Los ingleses venían de patentar un radical cambio de sonido que los llevó por territorios más atmosféricos y experimentales, alejados cada vez más del Death/Doom que los vio nacer a principios de los ‘90. De esta manera, este cambio sonoro se empieza a apreciar más en el disco ‘Eternity’ (1996), el cual incorporaba el uso de vocales limpias, y continuó con ‘Alternative 4’ (1998), un disco fundamental en el que la banda abraza su melancolía y se nutre de esa alquimia sónica que estaba transitando para generar un álbum más basado en el Gothic Metal y el Metal Alternativo, creando un producto tan experimental como desgarrador y depresivo.

Casi exactamente un año después ve la luz el que para muchos sería el álbum definitivo hasta el momento, y uno que sin dudas ha pasado la prueba del tiempo y se mantiene como uno de los discos más recordados del quinteto inglés, que logran amalgamar con maestría el Rock Alternativo, progresivo y psicodélico de bandas como Pink Floyd, con la melancolía y oscuridad del Gothic Metal más agónico y a la vez exquisito en ejecución y sentimiento. Este disco también contiene una de las canciones más angustiantes y movilizadoras del género, profundizaremos en esto más adelante en la reseña.

Y con 13 canciones y casi una hora de duración, hay mucho material disfrutable para analizar en este disco. Arrancando con un clásico de clásicos y un tema reconocible instantáneamente: se trata de ‘Deep’, el corte que abre el disco y se transformaría en un himno de los ingleses. Rockera, ganchera y sin perder ese sentimiento goth noventero por el que también estaban pasando sus pares de Paradise Lost en ese entonces. Otro de esos temas que en un mundo justo sonaría en todas las radios y treparía hasta lo más alto de los charts. ‘Pitiless’ abraza el lado más oscuro y casi Doom de los Cavanagh, con riffs densos, ambientes oscuros y un estribillo desgarrador. ‘Forgotten Hopes’ se presenta calma y enigmática, como un presagio de los momentos sublimes y emotivos que vendrían en la siguiente década, con un Vincent Cavanagh brillando. ‘Destiny is Dead’ es un breve interludio cuasi prog que recuerda al Dream Theater de esa misma década en los momentos calmos de guitarra y los ambientes que genera, logrando una transición perfecta con la siguiente ‘Make it Right’ que con esos teclados atmosféricos y sinfónicos logra continuar esa tendencia de emparentarse con el quinteto neoyorkino en la hermosa época del ‘Images and Words’ (díganme si esos sonidos no les recuerdan a Kevin Moore), todo condimentado con ese toque tan especial de romanticismo trágico para lograr construir otra joyita musical.

Quiero dejar la siguiente canción para el final (ya entenderán el porqué), mientras tanto continuamos con ‘Parisienne Moonlight’, un hermoso interludio de piano y voz comandado por una joven Lee Douglas oficiando de artista invitada (luego sabemos que se convertiría en una pieza fundamental de la banda). Le sigue el tema título ‘Judgement’, que arranca bien suave, acústica y enigmática con un Vincent cantando por lo bajo, y lentamente va creciendo hasta transformarse en una canción pesada y violenta, que adquiere cada vez más velocidad y se recibe como el tema más trastornado y enfermo del disco, una inyección de adrenalina y locura necesaria. ‘Don’t Look Too Far’ regresa a las baladas de ensueño transmitiendo esa tranquilidad hasta que en el estribillo las guitarras se distorsionan y volvemos a extasiarnos con la hermosa voz de Lee.

Emotional Winter’ es un espectacular himno de Gothic/Doom que crea unos ambientes apesadumbrados y lúgubres, especial para ser escuchada en un día gris o en penumbras, genera sensaciones de todo tipo para el oyente que realmente se deja llevar por su aura de desolación. ‘Wings of God’ es el tema más largo del disco con 6 minutos y medio de duración, también de atmósfera dumbeta y desarrollo lento, con una sección intermedia que abraza el lado melódico del Prog y nos recuerda nuevamente a Pink Floyd o a ese Dream Theater noventero, con un espectacular solo de guitarra extendido y muy emocional por parte de Danny Cavanagh que te hace llegar al clímax en estado de éxtasis. La estremecedora balada ‘Anyone, Anywhere’ nos deja la piel de gallina guiada mayormente por un solemne piano a cargo del invitado especial Dario Patti, resultando en otro temazo inolvidable. Y el álbum cierra con ‘2000 & Gone’, anticipando el nuevo milenio que se estaba por venir, un instrumental calmo y reflexivo guiado por el bajo de Dave Pybus (quien solo participaría en este álbum y el siguiente, ‘A Fine Day to Exit’, 2001), dotando al disco de un final elegante a modo de epílogo.

Unos párrafos atrás les comentaba que iba a dejar para el final una canción especial, que merece una mención aparte. Se trata nada menos que de ‘One Last Goodbye’, para muchos el himno definitivo de la tristeza y la angustia. Compuesta por los hermanos Cavanagh luego del fallecimiento de su madre en 1998, la dedicatoria que le realizan en este tema eleva la composición al límite infinito. Lo que me provoca esta canción es difícil de describir con palabras pero haré mi mejor esfuerzo: ojos llorosos, sensación extraña en el pecho, quedarme sin aire y romper instantáneamente en un llanto angustiante y a la vez emocionarme como pocas veces, son algunas de las sensaciones que me provoca escuchar esta canción una y otra vez. Y sin excepción, el poder que tiene logra derrumbarme en cada oída. Tuve la oportunidad de presenciar en vivo esta canción en un show de 2015 y para cuando la terminaron de interpretar quedaba poco de mi persona. Les recomiendo hacer el ejercicio de escucharla a todo volumen, examinar su letra y dejarse llevar por una de las canciones más impactantes y fuertes en la historia de la música.

Tras casi una hora de sensaciones que abarcan todo el espectro emocional, ‘Judgement’ es la culminación de una etapa fundamental para Anathema, que logra plasmar en 13 canciones la desazón y melancolía de la música gótica y alternativa de fines de los ‘90 como pocos exponentes habían logrado. Con maestría, sentimiento e interpretaciones muy poderosas, los Cavanagh logran crear una obra única que pasaría la prueba del tiempo con creces. En la semana en que se escribió esta reseña se cumplieron 21 años desde su lanzamiento y es un disco que mantiene una vigencia admirable y puede escucharse tranquilamente en cualquier época y cualquier lugar, aunque te recomendamos que sea en un lugar de conexión contigo mismo, introspección y permitirte dejarlo salir todo, muchas veces es necesario, y qué mejor que hacerlo ayudado por música creada especialmente para llegarte al alma.

Género: Gothic Metal, Alternative Metal, Progressive Rock
Lanzamiento: 25-06-1999
Sello: Music for Nations
Anathema - Judgement
  • 9.1/10
    Producción - 9.1/10
  • 9.6/10
    Composición - 9.6/10
  • 9.6/10
    Replay Value - 9.6/10
  • 9.7/10
    Valoración Personal - 9.7/10
9.5/10

Tras casi una hora de sensaciones que abarcan todo el espectro emocional, ‘Judgement’ es la culminación de una etapa fundamental para Anathema, que logra plasmar en 13 canciones la desazón y melancolía de la música gótica y alternativa de fines de los ‘90 como pocos exponentes habían logrado. Con maestría, sentimiento e interpretaciones muy poderosas, los Cavanagh logran crear una obra única que pasaría la prueba del tiempo con creces. En la semana en que se escribió esta reseña se cumplieron 21 años desde su lanzamiento y es un disco que mantiene una vigencia admirable y puede escucharse tranquilamente en cualquier época y cualquier lugar, aunque te recomendamos que sea en un lugar de conexión contigo mismo, introspección y permitirte dejarlo salir todo, muchas veces es necesario, y qué mejor que hacerlo ayudado por música creada especialmente para llegarte al alma.

Alejandro Melgar

Absoluto entusiasta del Metal en casi todas sus variantes y sub-géneros. Melómano, coleccionista de discos y experto en armar documentos, listas y rankings. La estructura me garantiza paz y organización. Amo las series, películas y estoy muy arraigado en la cultura pop, además de disfrutar la naturaleza y el aire libre. Y a pesar de todo esto, soy muy sensible.